En GCL las tareas son mínimas

Las tareas escolares se relacionan tradicionalmente con la transmisión de conocimiento y son justificadas con el fin de reforzar los conceptos aprendidos.

Sin embargo, el ámbito educativo se encuentra en crisis ante el juicio social sobre si se deben dejar o no tareas.

Este hecho, nos hace reflexionar, investigar y replantear el valor de las tareas.

Las tareas le quitan tiempo de esparcimiento y juego a nuestros niños.

Complicando el día a día del hogar, terminando por ser una carga excesiva que puede tener efectos negativos.

GCL tiene como principio fundamental el gusto y la pasión por el aprendizaje.

Enfocando el saber no como un deber, sino como un deleite, desarrollamos estrategias pedagógicas que promuevan la auto motivación.

Así, despertamos el amor por el conocimiento y el crecimiento interno sin necesidad de incentivos externos.

Creemos que a través de las inteligencias múltiples nuestros niños y jóvenes pueden complementar y reforzar los conocimientos que requieren para lograr un aprendizaje equilibrado.

Hemos reducido notablemente, las tareas a partir de este año.

Es vital que los docentes estén dispuestos siempre a enseñar, guiar e incentivar el aprendizaje fuera del aula de clase.

Queremos testimonios de amor por el conocimiento.

Ya que el aprendizaje continuo puede cambiar e influir  tanto en el futuro de nuestro niños y jóvenes, como en el de la sociedad.

Estos cambios e innovaciones permiten a nuestros estudiantes enfatizar diferentes conocimientos.

Cambios para hacer niños más felices, motivados e inspirados.

Familias más unidas y con más tiempo para  disfrutar de ellas mismas.

Docentes más orgullosos e instituciones más honradas como la nuestra.

En conclusión, las tareas deben tener un significado, pero sobre todo motivación para querer hacerlas.

Las tareas son una extensión del querer aprender, del querer profundizar en algo que me gustó, o en algo que me apasiona.